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La brecha invisible: por qué el 75% de los profesionales en LATAM nunca alcanza su potencial

Y cómo evitar terminar en ese club.

En el mercado laboral actual - que cambia más rápido que las reglas de LinkedIn - hay una verdad incómoda que casi nadie se atreve a decir en voz alta: la mayoría de los profesionales en Latinoamérica jamás llega a desarrollar su verdadero potencial.


Leíste bien: la mayoría. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cerca del 75% de los trabajadores en la región no logra desplegar todo su potencial productivo, gracias a un viejo conocido: el desajuste entre sus habilidades y las oportunidades reales del mercado.

A esto lo llamo “la brecha invisible”: esa distancia dolorosa entre lo que podrías lograr y lo que realmente logras. Y en una región donde, según la OIT, el 60% de los empleos está en riesgo de automatización en las próximas décadas, cerrar esta brecha no es una ambición bonita para poner en el CV, sino una necesidad de supervivencia profesional.

Ahora, ¿por qué pasa esto? ¿Qué sabotea silenciosamente el progreso de tantos profesionales brillantes?


Y más importante aún: ¿cómo te aseguras de estar en ese 25% que sí rompe esta barrera silenciosa y no termina atrapado en el ciclo eterno del “buen empleado pero nunca promovido”?

Las tres dimensiones de la brecha invisible

Después de años trabajando con profesionales en LATAM - desde ejecutivos de multinacionales hasta talentos subutilizados por jefes sin visión - he identificado tres dimensiones clave que explican por qué tantos terminan viendo pasar oportunidades como quien mira trenes desde el andén.

1. La trampa de la competencia técnica

Muchos profesionales caen en lo que llamo “la trampa del experto obediente”: creen que ser excelentes en lo técnico basta para avanzar. Y aunque suene lógico, es falso. A lo sumo, te convierte en el mejor soldado del pelotón, pero no en el general que decide hacia dónde va la guerra.

Según el El Foro Económico Mundial, el 63% de los empleadores priorizará habilidades cognitivas y socioemocionales por encima de las técnicas. Pero claro, acá seguimos actualizando el Excel en vez de desarrollar pensamiento crítico o comunicación estratégica.

Y para empeorar las cosas, solo el 27% de los programas de desarrollo en la región realmente se enfoca en estas competencias clave. Resultado: una legión de profesionales impecables en lo técnico, pero sin herramientas para liderar, influir o escalar.

2. El paradigma reactivo (o cómo improvisar tu carrera y esperar resultados épicos)

La mayoría vive su carrera como si estuviera jugando al Tetris: encajando lo que va cayendo. Tomamos decisiones laborales por salario inmediato, por conveniencia o por “ya me conocen acá”. ¿El plan? Que aparezca algo. ¿La estrategia? Esperar que la suerte se alinee con Mercurio.

Según LinkedIn:

  • Solo el 34% tiene un plan de carrera documentado.

  • Apenas el 23% revisa su estrategia profesional de forma regular.

  • Y el 68% toma decisiones mirando el corto plazo (eso rara vez te lleva lejos).

Los que rompen esta brecha adoptan otro enfoque. Dejan de ser piezas móviles del sistema y se convierten en arquitectos de su carrera. Deciden hacia dónde van, con qué herramientas, y a qué no van a jugar más.

3. La desconexión entre identidad y mercado

Esta es la parte donde muchos sienten el golpe. Porque no es solo una cuestión de talento, es de traducción estratégica. ¿Puedes explicar con claridad qué haces mejor que otros? ¿Sabes qué problema resuelve exactamente tu perfil? ¿Entiendes cómo te ve el mercado?

El 71% tiene problemas para articular su propuesta de valor. El 65% no se diferencia (todos dicen “soy proactivo y me gusta aprender”). Y el 58% no entiende las tendencias emergentes de su sector.

En cambio, los profesionales que sí prosperan logran un “acoplamiento elegante” entre lo que son y lo que el mercado necesita. No se maquillan - se afinan.

Cómo superar la brecha invisible: el marco META

Después de detectar estos patrones repetidos, diseñé un modelo práctico con el fin de ayudar a profesionales a dejar de sobrevivir en piloto automático y empezar a posicionarse como activos estratégicos.

Lo llamé META: Mentalidad, Estrategia, Táctica y Acción.

1. Mentalidad - de empleado obediente a activo estratégico

Deja de verte como alguien que cumple tareas y empieza a pensarte como alguien que genera valor medible. Harvard Business Review lo respalda: quienes adoptan una mentalidad de “dueño de su carrera” tienen 47% más chances de ser promovidos.

Esto implica:

  • Cuantificar tu impacto.

  • Cambiar el chip del “cumplo y espero” al “actúo y escalo”.

  • Medir resultados, no actividades.

2. Estrategia de posicionamiento diferenciado

¿Quién eres en el mercado y por qué deberían prestarte atención? Esa es la pregunta que muchos nunca responden bien.

Tu estrategia debe:

  • Identificar tu mezcla única de capacidades.

  • Mapear oportunidades reales (no fantasías).

  • Conectar tu propuesta con lo que el mercado realmente está buscando.

No se trata simplemente de “ser visible”, sino relevante.

3. Tácticas de visibilidad estratégica

Acá es donde muchos hacen agua. Piensan que visibilidad es sinónimo de “estar en redes sociales”. Error. Es estar presente ante las personas correctas, con un mensaje claro, profesional y diferenciado.

Tácticas clave:

  • Crear contenido que te posiciona, no que entretiene.

  • Estar donde están los decisores.

  • Mostrar evidencia real de tu valor (proyectos, resultados, casos).

4. Sistema de acciones de alto impacto

La estrategia sin acción es solo un PowerPoint bonito.
Los profesionales que avanzan tienen un sistema: saben qué acciones moverán la aguja, las hacen con consistencia, y se miden.

Esto implica:

  • Elegir tus 3-5 actividades de alto impacto.

  • Medir tu progreso (no basta con “sentir que estás haciendo cosas”).

  • Tener mecanismos de responsabilidad (aunque sea contigo mismo).

El cambio no es mágico, pero es posible (y urgente)

La buena noticia es que superar esta brecha no requiere tener un MBA en Harvard ni una red de contactos con apellidos compuestos. Según Deloitte, lo que más influye en el avance profesional no son los títulos, sino la capacidad de adaptarse estratégicamente y posicionarse con intención.

En una región donde el 65% de los niños trabajará en empleos que hoy ni existen, cerrar esta brecha ya no es lujo, es plan de contingencia profesional.

Entonces, la verdadera pregunta no es si puedes hacerlo. Es esta:
¿Estás dispuesto a dejar de improvisar y empezar a diseñar tu carrera como lo que es - tu principal proyecto estratégico?

Si quieres empezar por entender tu propia brecha invisible y cómo cerrarla, agenda una sesión diagnóstica sin costo. Vamos a analizar tu situación con lupa y trazar un plan a medida para que entres a ese 25% que sí rompe el molde.

Nos leemos pronto.
Un abrazo profesional,
Dennys
Consultor en Desarrollo Profesional
Career Edge Consulting